Hacer algo sencillo es muy complicado

Especificar mucho de lo que va a ir el blog es sinónimo de muerte prematura...Un blog que está abierto a más cosas que las previstas admite mayor futuro. Aunque creo que ya planeo demasiado. Tal vez hable de la vida, pues al fin y al cabo, soy "uno de los que pasaba por allí" @IgnacioHernandz

viernes, 20 de enero de 2012

Otra velada mágica.




Dani DaOrtiz me da auténtico miedo. Es un monstruo. Pero un monstruo con las cartas. Es asombroso. Es todo un espectáculo.

Y es que no puedo escribir mucho más. La conferencia ha destripado muchos aspectos de la magia que vosotros, los profanos en el arte, no podéis saber. Lo siento, pero así es...

Eso sí, si podeis...ID A VERLO.


jueves, 19 de enero de 2012

GEA


Feliz no, lo siguiente. ¿Sabéis de quién hablo? De Gea. Miguel Ángel Gea. Grandioso mago. Espresivo, cariñoso, cercano, y por supuesto...mágico. Es el único, por ahora, que aún sabiendo cómo hace los juegos, me sigue dejando igual de...acojonado. Sabéis por qué, ¿no? ¿os hacéis una idea?

¡ME HA SACADO! HA HECHO MAGIA. EN M-I-S P-R-O-P-I-A-S N-A-R-I-C-E-S.

El juego es impactante. Cuatro monedas de plata, examinadas por los espectadores, viajan una a una de su mano izquierda a la derecha. Ni yo sé cómo ha hecho para hacer pasar la cuarta y última al interior de mi mano, rodeada por las manos de otro espectador.

También me ha hecho ver la magia con más cercanía. He olvidado todo lo que sabía y me he dicho: vengo a disfrutar: soy uno más del público.

He podido ver con mis propios ojos un juego que llevaba no meses, sino AÑOS deseando ver en directo.

Durante una hora y cuarto, he sido una de las personas más felices sobre la tierra.
Como decía en mi anterior blog:

SEGUNDO SUEÑO CUMPLIDO.


miércoles, 18 de enero de 2012

¡¡Nueva magia!!

No se me ocurren temas de los que hablar en el blog por ahora. Así que la magia aliviará la espera...

lunes, 16 de enero de 2012

La magia...magia...magia

Ya han empezado a llegar los ecos de mi anterior blog, como bien muestra el título. Así que, hala, una magia al canto. Ahora que he encontrado un buen lugar para grabar mis magias, las procuraré subir con asiduidad.




sábado, 14 de enero de 2012

El lenguaje es el culpable

¿A modo de disculpa? Podría ser. Pero más bien es una segunda sinceración.

Sí, justo hoy, he encontrado explicación a esa sensación que me venía cuando decía cosas como "yo lo que haría sería quitar..." Los que me conocen (y los que poco a poco me conocen) saben que lo hago con asiduidad. Pues sí, os costará creerlo, pero...yo no pienso así. Y eso es lo que al parece me quería decir mi subconsciente despues de decir esas cosas. Mis preguntas eran: ¿de verdad quería decir eso? ¿por qué he empleado esas palabras tan duras, si son completamente incompatibles con mi forma de ser? ¿soy bobo? ¿por qué digo cosas que no pienso?

Pues eso, que no pienso esas cosas. La solución (y a su vez salvación) a esa serie de cuestiones internas me ha venido a la hora de la comida, durante una intensa conversación entre mi familia y un buen, muy buen amigo mío. Su inimitable capacidad de sacar conclusiones exageradas (desde el cariño) sumada a mi excelente compenetración con mi hermano, me han hecho verme a mí mismo, y ver la fuente de semejantes estupideces que han estado saliendo de mi boca tanto tiempo, y que tanto, tanto daño han hecho al yo que ve gente en mí. Y comienza así.

Soy una persona organizada. Adoro el orden. Me agota mi propio desorden. Además, he sido educado afortunadamente en una forma de vivir que se resume en "por un mundo mejor". En añadido, soy una persona con un deseo de un mundo utópico. Por eso, desearía que la gente pensase como yo. Ahí es donde la gente se confunde. Quiero que tengan una visión del mundo similar. Eso es muy distinto de querer que sean como yo. Primera confusión por el lenguaje.

Soy también partidario de un mundo verde, limpio, ecológico, sostenible. No soporto a los que consumen, gastan y ensucian. Querer hacer desaparecer es una forma de hablar, eso sí, muy mal elegida. Segundo error con elegido.

Soy una persona a veces cobarde, y por un episodio que no soporto recordar, cogí manía a una gente con una forma de vestir completamente distinta a la mía. Querer hacerlos desaparecer es una forma de expresar mi deseo de alejarme de cualquier enfrentamiento violento. Soy una persona, ante todo, pacífica. Tercer error en la comprensión de mis palabras.

Por esta última argumentación, me produce especial aversión la música que relaciono con la gente que estuvo implicada en ese episodio. Pero tampoco la quitaría, porque esa música puede transmitir de todo, pero casi nunca violencia. Además, sigue unos modelos como cualquier otra obra. Que no me guste ya es otra cosa, pero también lo respeto. Cuarto error de comprensión en mis expresiones. También cometo el error de asociarlo (el terrible episodio y a mi ver, esa estrafalaria forma de de vestir [que ojo, he dicho etrafalaria, que no intolerable] ) con algunas razas en especial. Mi temor a encontrarme de nuevo con esa clase de gente influye en mis palabras. Quinto error de comprensión y expresión.

Llegamos, por fin, a la solución, al por qué de mis palabras.

Soy, sobre todo, una persona con facil tendencia al optimismo (si no no se explicaría ese deseo de un mundo tan utópico). Pero por desgracia, tengo también tendencia en pensar que al primer error el fracaso sea inminente. Es esa desesperación, la de no poder alcanzar esas metas que tanto ansío, por culpa de ciertos episodios que luego, por mis palabras, enlazo erróneamente con otras realidades, la que me hace dictar esos juicios que han hecho temblar ligeramente a mis mejores amigos.

Con esta entrada pretendo tranquilizarlos. Y lo digo: tranquilos, no soy lo que dicen mis juicios. Y los que me conoceis bien lo sabéis.

Ahora ya teneis adjetivos de sobra. Tal vez optimista, facilmente desesperable, utópico, limpio, maníatico de lo respetuoso con el medio, Mr Law and Order, como me llaman en mi familia...

Pero jamás cerrado. Jamás. Y ahora os digo para terminar: escribiré o redactaré genial, pero a partir de ahora mediré muy mucho mis palabras a la hora de dictar mis juicios.

Podéis contar con ello.



martes, 10 de enero de 2012

Tchaikovsky (Parrafada...Auténtica Sinceración Musical)

¡Caray, sí que llevaba tiempo sin escribir! 27 de diciembre...¡ya lo creo!
En realidad, se me han ocurrido muchas cosas sobre las que escribir, pero espero a la mejor para ponerme a escribir. No quiero convertirme en un pelmazo, ni en un charlatán. Tienes que esperar a aquello que no exige un excesivo esfuerzo para escribir. Cuando te cuesta mucho plasmar una idea, será que no ha cuajado del todo. Lo que escribo suele ser como una breve iluminación, como si de repente, un gigantesco foco me cayese encima y me diese la gran idea. Y cómo no, ese foco es la música.

Y es que me apasiona la música. Pero la música, música, la música de verdad: ni los gritos tribales que unos llaman reggae ni David Guetta ni Pitbull, ni tampoco a los ñoños remix, mashups, pop o aquello que próximamente sea un capricho de las modas. Sí, lectores, que se que a más de uno le gusta lo que he dicho, pero su música está avocada al olvido. Tendrán la suerte de ser recuperada por auténticos melómanos, y otras simplemente, desaparecerán de la memoria. Vale, unas más que otras, como las canciones del verano, que tienen la calidad musical de un ladrido mal dado, o la risa de una hiena afónica. Hay, en concreto, una música: la clásica. Esa nunca morirá. Y decir lo contrario, perdonadme la respuesta, pero sería una necedad. Preguntaos si en el futuro sabrán quienes fueron Taio Cruz, o el Bieber, o quienes fueron Kurt, Rachel, Finn, o qué demonios era New Directions (es un ejemplo, no me matéis :S). Lo siento, pero no lo sabrán...la mayoría. Hay que ser un auténtico revolucionario para pasar a la historia (y pocos pasaron esa criba: Rollings, Beatles, Abba, Dire Straits...). Abajo tenéis un reproductor de Goear. Encendedlo: escuchadlo.
Por favor, hacedme ese favor, escuchadlo, y leed mi entrada.
No os arrepentiréis.



Por el título, sabeis quién me ha infundido esta idea. Tchaikovsky. Y todo comenzó en la Cabalgata de Reyes de este año nuevo, 2012. Por si alguno fue y vio a la marioneta de dimensiones colosales y a la chica en el globo, que sepa que la música que sonaba era una vals, pero no una cualquiera: el legendario Vals de las Flores. He tenido bastante tiempo olvidado a este compositor ruso, pero cuando oí uno de sus "crescendos" sentí como un cosquilleo en mi espalda, que termino en un chispazo en mi nuca. Y vosotros, los que disfrutais con la musica, sabreis lo que produce: esa sensación que dura milésimas de segundo y que te produce una alegría incontenible, casi rozando la emoción.

Ahora entiendo eso de que la música clásica nunca perecerá. ¡Es imposible que suceda! Cuántas veces habré escuchado ya el "Nutcracker Ballet"...¡y no me canso de escucharlo! Y así con toda la obra de Tchaikovsky. Qué digo, ¿de Tchaikovsky? ¡De todos los grandes compositores! ¡Es una maravilla detrás de otra! Esa sensación tan maravillosa que te produce la PERFECCIÓN ajena y la maestría del ajeno (de lo que ya hablé en otra entrada), es que me cautiva.
Quería hablar, al principio, de la influencia de la música y de la capacidad de la misma para iniciar un auténtico tren de sensaciones tan dispar en el hombre ( y mujer, si nos ponemos "politicamente correctos" ¬¬). Son todas tan distintas:
"Trepak"


Y otra vez, el "chispazo" que me produce del segundo 26 al 39...es indescriptible. O tambíen:


Esta es otra genialidad. ¡Pero bueno, otra digresión al canto! Y, por favor, dadme ese capricho, ese regalo atrasado de Navidad: escuchadlo todo, por favor, repito: "no os arrepentiréis".

En fin, repito: "Quería hablar, al principio, de la influencia de la música y de la capacidad de la misma para iniciar un auténtico tren de sensaciones tan dispar..."

Y tal vez me toméis por un loco. Y creedme, lo soy. Pero un loco sano.

Un loco por la buena música.