Feliz no, lo siguiente. ¿Sabéis de quién hablo? De Gea. Miguel Ángel Gea. Grandioso mago. Espresivo, cariñoso, cercano, y por supuesto...mágico. Es el único, por ahora, que aún sabiendo cómo hace los juegos, me sigue dejando igual de...acojonado. Sabéis por qué, ¿no? ¿os hacéis una idea?
¡ME HA SACADO! HA HECHO MAGIA. EN M-I-S P-R-O-P-I-A-S N-A-R-I-C-E-S.
El juego es impactante. Cuatro monedas de plata, examinadas por los espectadores, viajan una a una de su mano izquierda a la derecha. Ni yo sé cómo ha hecho para hacer pasar la cuarta y última al interior de mi mano, rodeada por las manos de otro espectador.
También me ha hecho ver la magia con más cercanía. He olvidado todo lo que sabía y me he dicho: vengo a disfrutar: soy uno más del público.
He podido ver con mis propios ojos un juego que llevaba no meses, sino AÑOS deseando ver en directo.
Durante una hora y cuarto, he sido una de las personas más felices sobre la tierra.
Como decía en mi anterior blog:
No hay comentarios:
Publicar un comentario