En realidad, se me han ocurrido muchas cosas sobre las que escribir, pero espero a la mejor para ponerme a escribir. No quiero convertirme en un pelmazo, ni en un charlatán. Tienes que esperar a aquello que no exige un excesivo esfuerzo para escribir. Cuando te cuesta mucho plasmar una idea, será que no ha cuajado del todo. Lo que escribo suele ser como una breve iluminación, como si de repente, un gigantesco foco me cayese encima y me diese la gran idea. Y cómo no, ese foco es la música.
Y es que me apasiona la música. Pero la música, música, la música de verdad: ni los gritos tribales que unos llaman reggae ni David Guetta ni Pitbull, ni tampoco a los ñoños remix, mashups, pop o aquello que próximamente sea un capricho de las modas. Sí, lectores, que se que a más de uno le gusta lo que he dicho, pero su música está avocada al olvido. Tendrán la suerte de ser recuperada por auténticos melómanos, y otras simplemente, desaparecerán de la memoria. Vale, unas más que otras, como las canciones del verano, que tienen la calidad musical de un ladrido mal dado, o la risa de una hiena afónica. Hay, en concreto, una música: la clásica. Esa nunca morirá. Y decir lo contrario, perdonadme la respuesta, pero sería una necedad. Preguntaos si en el futuro sabrán quienes fueron Taio Cruz, o el Bieber, o quienes fueron Kurt, Rachel, Finn, o qué demonios era New Directions (es un ejemplo, no me matéis :S). Lo siento, pero no lo sabrán...la mayoría. Hay que ser un auténtico revolucionario para pasar a la historia (y pocos pasaron esa criba: Rollings, Beatles, Abba, Dire Straits...). Abajo tenéis un reproductor de Goear. Encendedlo: escuchadlo.
Por favor, hacedme ese favor, escuchadlo, y leed mi entrada.
No os arrepentiréis.
Por el título, sabeis quién me ha infundido esta idea. Tchaikovsky. Y todo comenzó en la Cabalgata de Reyes de este año nuevo, 2012. Por si alguno fue y vio a la marioneta de dimensiones colosales y a la chica en el globo, que sepa que la música que sonaba era una vals, pero no una cualquiera: el legendario Vals de las Flores. He tenido bastante tiempo olvidado a este compositor ruso, pero cuando oí uno de sus "crescendos" sentí como un cosquilleo en mi espalda, que termino en un chispazo en mi nuca. Y vosotros, los que disfrutais con la musica, sabreis lo que produce: esa sensación que dura milésimas de segundo y que te produce una alegría incontenible, casi rozando la emoción.
Ahora entiendo eso de que la música clásica nunca perecerá. ¡Es imposible que suceda! Cuántas veces habré escuchado ya el "Nutcracker Ballet"...¡y no me canso de escucharlo! Y así con toda la obra de Tchaikovsky. Qué digo, ¿de Tchaikovsky? ¡De todos los grandes compositores! ¡Es una maravilla detrás de otra! Esa sensación tan maravillosa que te produce la PERFECCIÓN ajena y la maestría del ajeno (de lo que ya hablé en otra entrada), es que me cautiva.
Ahora entiendo eso de que la música clásica nunca perecerá. ¡Es imposible que suceda! Cuántas veces habré escuchado ya el "Nutcracker Ballet"...¡y no me canso de escucharlo! Y así con toda la obra de Tchaikovsky. Qué digo, ¿de Tchaikovsky? ¡De todos los grandes compositores! ¡Es una maravilla detrás de otra! Esa sensación tan maravillosa que te produce la PERFECCIÓN ajena y la maestría del ajeno (de lo que ya hablé en otra entrada), es que me cautiva.
Quería hablar, al principio, de la influencia de la música y de la capacidad de la misma para iniciar un auténtico tren de sensaciones tan dispar en el hombre ( y mujer, si nos ponemos "politicamente correctos" ¬¬). Son todas tan distintas:
"Trepak"
Y otra vez, el "chispazo" que me produce del segundo 26 al 39...es indescriptible. O tambíen:
Esta es otra genialidad. ¡Pero bueno, otra digresión al canto! Y, por favor, dadme ese capricho, ese regalo atrasado de Navidad: escuchadlo todo, por favor, repito: "no os arrepentiréis".
En fin, repito: "Quería hablar, al principio, de la influencia de la música y de la capacidad de la misma para iniciar un auténtico tren de sensaciones tan dispar..."
Y tal vez me toméis por un loco. Y creedme, lo soy. Pero un loco sano.
Un loco por la buena música.
Aunque tengas toda la razón del mundo, Ignacio, no creo que haya que infravalorar la música que no sea clásica solo porque no vaya a perdurar en el tiempo tanto como ésta. Si no va a durar tanto es porque hoy en día se lleva a cabo la creación de música en cantidades mucho mayores, por tanto, es lógico que no toda vaya a durar para siempre, per eso hace que sea menos buena y que con ella no puedas experimentar ese cosquilleo del que hablas. Au+un así la entrada está bien escrita :)
ResponderEliminar¿Quién la está infravalorando? El esfuerzo, aunque menor y muy distinto, sigue siendo el mismo, y siempre que sea esfuerzo se valorará. Pero jamás contarán con mi apoyo aquellos que están conviertiendo la música más en un oficio que en arte. La gente está tomando algo a broma la música, y está olvidando el papel que tenía en su día. Pero para nada infravaloro. Simplemente digo la realidad: las va a pasar "putas" para pasar a la historia. Si extrapolas una infravaloración es porque tú tienes esa visión. Amén xD
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